Querida María:
Recuerdo que hace algún tiempo te llamé algo desesperado y te dije:
—¡AYÚDAME!, tengo un serio problema: VARIAS DE LAS NIÑAS EN MI AMBIENTE ESTÁN PELEADAS, no se hacen caso o simplemente no quieren estar juntas. No hemos podido hacer trabajo en equipo, ¿Qué puedo hacer?
Entonces, me dijiste:
—“Construyamos, un medio donde ellas puedan vivir como individuos libres y alcanzar los objetivos que perseguimos todos: el desarrollo de la personalidad y la creación de un orden supernatural y una sociedad mejor. El alma humana tiene que cobrar forma dentro de este ambiente supernatural.(1)”.

Y yo te dije:
—Ok, lo que dices es que tenemos que construir este AMBIENTE o más bien me suena a PREPARAR UN AMBIENTE. Ya te había oído hablar sobre esta idea.
Y me dijiste:
—Exacto “El propósito de un AMBIENTE PREPARADO es liberar al niño y permitirle moverse y actuar de acuerdo con sus propios impulsos naturales. El niño se desarrolla con más libertad y creatividad en un ambiente que ha sido preparado específicamente para sus necesidades y para fomentar su independencia. Pero también. El niño que no vive en un ambiente apto, no puede desarrollar normalmente todas sus facultades, ni puede escrutar en el fondo de su alma para aprender a conocerse. Una de las principales tareas impuestas a la educación moderna es, justamente, la de desarrollar el instinto social del niño, despertando en él las tendencias de vivir socialmente con sus semejantes.”(2)
A lo que contesté:
—Entiendo, parte del problema puede estar en que EL AMBIENTE NO ESTÁ PREPARADO para asegurar que haya una buena relación entre ellas. Tengo niñas muy inteligentes que no quieren trabajar con las niñas nuevas, niñas nuevas que tienen mucha energía, pero que se sienten abandonadas por las grandes, otras que están enojadas porque les han llegado chismes de que hablan mal de ellas y otras que dicen: “no sabe de Montessori así que no me pongas a trabajar con ella”.
Lo que me dices es que ¿en lugar de forzarlas a que se lleven bien, preparemos el ambiente?
—Exacto, este ambiente preparado tiene que fomentar que se empiecen a juntar. “A esta asociación, formada por una necesidad espontánea, recogida por un poder interior, animada por un espíritu social, la llamo SOCIEDAD POR COHESIÓN.
Es interesante ver cómo se dan cuenta lentamente de que forman una comunidad que se comporta como tal. Se dan cuenta de pertenecer a un grupo y que contribuyen a la actividad de este grupo.
Estos lazos están formados por un sentimiento en común y, sin embargo, individual; a pesar de ser «individuos in-dependientes», se hallan movidos por un mismo impulso”.(3)

Y entonces con esperanza en la mirada te pedí:
—Dime, ¿qué tengo que hacer para PREPARAR EL AMBIENTE y lograr esta SOCIEDAD POR COHESIÓN?
A lo que respondiste:
- Procuren juntos espacios ORDENADOS. ALEGRES Y AGRADABLES con lo indispensable para el trabajo.
- Construyan ORGANIZACIÓN de tal manera que cada una entienda y participe en la construcción de este ambiente, entendiendo su aporte y el de las demás.
- SENCILLEZ Y BELLEZA en cada cosa que se proponga para crear puentes entre ellas.
- Aprendan a observar el CONTROL DE ERROR, que será evidente cada que nos alejemos del grupo y, por lo tanto, será más fácil de entender y perdonar. (4)
- Cuiden el tesoro de LA GRACIA Y LA CORTESÍA, no exigiéndola de los demás, sino procurándola siempre desde nosotros primero.
- Construyan puentes y espacios para la COMUNICACIÓN clara y sincera.
- Respeten sobre todo LA INDIVIDUALIDAD, LA SIMPATÍA Y EL AMOR.
- Déjense asombrar por las COINCIDENCIAS y no se dejen distraer por las diferencias.
Gracias por esta charla María, espero pronto poder compartirte, no solo que hemos logrado algún avance con este grupo, sino que hemos podido invitar a más niñas y niños a que se sumen para construir este AMBIENTE DE AMBIENTES.
Y SALUDOS A TODAS ESTAS HERMOSAS NIÑAS QUE TANTO ME HAN ENSEÑADO… ¡SON LAS MEJORES!